El tenis es un deporte que ha sido sinónimo de distinción y elegancia desde sus primeros días, y una de las características más notorias de esta imagen es el tradicional código de vestimenta, que en muchos torneos, sobre todo en Wimbledon, ha insistido en el uso exclusivo de ropa blanca. A lo largo de los años, este código ha sido tanto una tradición como una declaración de estatus, con una historia que se remonta a la época victoriana. Sin embargo, en los tiempos actuales, la ropa de tenis ha evolucionado, adaptándose a las tendencias contemporáneas y a las necesidades de los jugadores, aunque el blanco sigue siendo un componente fundamental del deporte.
En Wimbledon, el torneo de tenis más prestigioso y uno de los pocos que aún mantiene un código de vestimenta estrictamente blanco, las reglas sobre el atuendo de los jugadores siguen siendo rigurosas. Durante años, los participantes debían llevar vestimenta «predominantemente blanca», lo que permitía pequeñas combinaciones de colores, como en el caso del famoso atuendo de Serena Williams en 2010, que incluía detalles rojos y verdes en honor a las fresas y crema, una tradición británica vinculada al evento. Sin embargo, las reglas se endurecieron con el tiempo, y desde 2014, se exigió que la ropa fuera «casi completamente blanca», lo que incluye incluso la prohibición de zapatillas con cualquier tipo de color, como ocurrió con las zapatillas de suela naranja de Roger Federer en 2013.
Aunque hay estas limitaciones, las reglas de vestimenta en el tenis han sido más permisivas en ciertos aspectos, y en 2023 se autorizó a las jugadoras a vestir pantalones cortos oscuros en competencias, después de recibir comentarios por no considerar posibles incidentes relacionados con la menstruación. Sin embargo, aun con estos progresos, vestir de blanco continúa siendo fundamental para la identidad del tenis, especialmente en los eventos más clásicos.
El impacto de la tradición en la apariencia del tenis y su conexión con la moda
El color blanco en la vestimenta para jugar al tenis no es solo un asunto de apariencia. Kevin Jones, curador del Fashion Institute of Design & Merchandising (FIDM) en Los Ángeles, explica que la tradición de usar blanco en el tenis tiene orígenes históricos profundos. Inicialmente, el tenis era un deporte vinculado con las élites sociales, quienes veían en él una oportunidad para demostrar su posición. La ropa blanca requería un cuidado meticuloso, lo que le añadía un aire de sofisticación, y los tejidos utilizados, como el algodón y el lino, se arrugaban fácilmente. Esto convertía el uniforme de los tenistas en un emblema de lujo y compromiso.
La selección del color blanco en los campeonatos más prestigiosos de tenis, tales como Wimbledon, ha estado históricamente asociada a un simbolismo de exclusividad. En la era victoriana, cuando el tenis en césped se popularizó en Inglaterra, los clubes privados que alentaban su práctica exigían que los participantes usaran atuendos de este color. Esta costumbre se mantuvo a lo largo de los años, convirtiéndose en un rasgo distintivo de la indumentaria en el tenis, diferenciándolo de otros deportes más comunes y accesibles.
Cambios en la moda del tenis: de la tradición a la modernidad
Aunque el uso del blanco sigue siendo un componente fundamental del tenis, la moda del deporte ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas. La historia de la moda en el tenis está marcada por una serie de momentos clave que han desafiado el código tradicional. Uno de los primeros incidentes de relevancia fue protagonizado por la jugadora francesa Suzanne Lenglen en 1919, quien abandonó los vestidos largos y pesados en favor de una falda más corta y ligera, lo que causó revuelo en Wimbledon. Lenglen, quien fue una de las primeras íconos de la moda del tenis, demostró que la comodidad y el estilo podían ir de la mano.
Más tarde, la vestimenta de las jugadoras de tenis se volvió más creativa. Serena Williams, por ejemplo, desafió las convenciones en 2018 al usar un catsuit negro durante el Abierto de Francia, una prenda que no solo era funcional para mejorar la circulación tras complicaciones médicas, sino que también representaba una ruptura con los estrictos códigos de vestimenta tradicionales. Esta decisión fue vista como una forma de empoderamiento, aunque provocó controversia en los círculos más conservadores de la moda.
El estilo y el tenis más allá de la pista: el crecimiento del «chic tenístico»
Con el paso del tiempo, el tenis ha dejado su huella en la moda más allá de la cancha. Las prendas diseñadas inicialmente para el juego se han integrado al vestuario diario, convirtiéndose en un referente de moda. El estilo clásico del tenis, con polos, shorts y zapatillas, se ha consolidado como un símbolo de la moda urbana. Firmas como Lacoste y Fred Perry, originadas en el ámbito del tenis, continúan siendo influyentes y populares en la moda informal. A medida que el deporte ha alcanzado una escala global, la conexión entre tenis y moda se ha fortalecido, mostrando un intercambio constante entre ambos entornos.
El tenis ha logrado mantener su atractivo como un deporte de élite, pero a la vez se ha convertido en una plataforma para la expresión personal y la moda innovadora. La combinación de la tradición con las nuevas tendencias ha dado lugar a una evolución que sigue reflejando el prestigio de la disciplina mientras se adapta a las expectativas modernas. Sin lugar a dudas, el código de vestimenta en el tenis continuará siendo un tema de debate, pero lo que es evidente es que la moda dentro y fuera de la cancha sigue siendo una parte integral de la cultura del deporte.