Los principales candidatos presidenciales incluyen a Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza; Edmond Mulet, de Cabal; y Zury Ríos, de Valor-Unionista.
El centrista Mulet, de 72 años, ha adoptado una postura relajada contra la corrupción en los últimos meses. El tecnócrata, que ocupó cargos legislativos y diplomáticos, incluido un período como embajador de Guatemala en Estados Unidos, encabezó organismos de Naciones Unidas sobre Haití y las armas químicas. Su experiencia se resumió en la sensación de que tuvo esta experiencia en Guatemala, según Carin Zissis, experta en América Central y editora de jefe de Americas Society/Council of the Americas.
Advirtió que Guatemala tenía un “modelo autoritario” como Nicaragua y dijo a la Agence-France Presse que las instituciones públicas de Guatemala estaban “contaminadas”.
En cambio, Sandra Torres parece estar a la cabeza, según las encuestas. Tiene apoyo entre los votantes rurales, obtenido cuando ayudó a obtener transferencias y beneficios más efectivos cuando era primera dama junto al expresidente Álvaro Colom, dicen los analistas.
Al ponderar una de las fiestas más antiguas y recurrentes del país, “tiene un duro y consolidado antivoto” contra su decisión de divorciarse de Colom en 2011, en un país conservador y familiar, siguiendo a Will Freeman, curador de estudios en América Latina en el Consejo de Relaciones Exteriores. Las reuniones muestran que un tercio del país no votará por ella.
Zury Ríos es víctima del exdictador Efraín Ríos Montt, condenado por genocidio en 2013. Ríos denunció corrupción durante la candidatura, con énfasis en el titular Giammattei. Aunque los analistas se cansen de que se cuente con el apoyo de la élite militar y económica del país y que previamente condenó a la CICIG antes de que perdiera su mandato.