La mañana del 18 de diciembre de 1992, Pedro Huilca, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), fue asesinado de varios disparos en su auto, cuando se disponía a dar un paseo con su familia. La traumática escena fue presenciada por su esposa y sus cuatro hijos. Huilca era un férreo opositor al régimen del entonces presidente Alberto Fujimori. Un par de semanas antes de ser ultimado, Huilca criticó las restricciones laborales impuestas por el Ejecutivo en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), además de elevar otras demandas. Incidente que generó un cortocircuito con el jefe de Estado, que le dio una respuesta enérgica en el transcurso del evento: “Este ya no es el país donde mandan las cúpulas de la CGTP o el SUTEP, o las huestes de Sendero Luminoso y el MRTA, o los caciques de los partidos tradicionales”.
Durante estas tres décadas, el caso pasó por diversas instancias, en medio de dos narrativas que colisionaban: mientras el Gobierno atribuyó la muerte de Huilca a la organización terrorista Sendero Luminoso, la familia del dirigente cusqueño nunca dejó de culpar al régimen. El martes por la noche, en la víspera del Día de los Santos, el Poder Judicial dictó sentencia, pero el fallo ha sido un nuevo infortunio para los deudos: absuelve a Vladimiro Montesinos, asesor presidencial de Fujimori y considerado como el autor intelectual del crimen, así como a Santiago Martin Rivas y otros integrantes del Grupo Colina, acusados de haber consumado el ataque.
El polémico fallo no fue unánime. Un juez sí determinó su culpabilidad mientras que otros dos miembros de la sala alegaron no haber encontrado pruebas suficientes a pesar de que algunos exagentes de inteligencia sindicaron directamente a Santiago Martin Rivas de haber ordenado el asesinato de Huilca y de que la propia familia fue testigo. “No existen elementos de prueba (…) no son fuentes de información para un fallo condenatorio”, se justificaron. Los abogados de los procesados se mostraron conformes con el dictamen.
La excongresista Indira Huilca, hija menor de Pedro Huilca, quien presenció la muerte de su padre cuando solo tenía cuatro años, ha mostrado su decepción y su ira por el fallo. “Después de 31 años, dos jueces de la Cuarta Sala Penal Superior decidieron absolver a Montesinos y al Grupo Colina con argumentos sesgados e irracionales. Señalan cosas absurdas, como que no hay un móvil real de la dictadura fujimorista para mandar el asesinato. Que Pedro Huilca planteaba un acuerdo nacional con el Gobierno. Sin embargo, los argumentos del juez Percy Ruiz en contra son claros: sí había un móvil para el asesinato de Huilca por parte del régimen fujimorista. Era opositor”, ha explicado. En la previa, la socióloga había criticado que no se incluyera a Fujimori en la acusación.
Flor Huilca, periodista y hermana mayor de Indira, dijo en la antesala al dictamen: “La ausencia de nuestro padre nos va a doler para siempre. Treinta y un años después seguimos en lo mismo, buscando la condena de los culpables. Recordarlo, siempre tan firme, nos inspira a seguir luchando. Pero necesitamos que esto termine para seguir adelante con nuestras vidas. Necesitamos poder dejar atrás el duelo”, aseguró al semanario Hildebrandt en sus Trece. Flor tenía quince años cuando perdió a su padre y después de 190 audiencias su dolor no ha sido resarcido. Finalmente, Indira Huilca ha remarcado que “seguirán insistiendo para que las instancias superiores decidan, considerando la evidencia”.
La lectura de la sentencia ha marcado la reaparición pública de Vladimiro Montesinos, que en junio pasado fue condenado a 23 años de prisión por el asesinato en 1997 de Mariela Barreto Riofano, una agente de inteligencia del Grupo Colina, acusada de haber filtrado información a la prensa.
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