Una delgada línea separa la ciencia ficción de la realidad. A veces, solo es cuestión de tiempo que los caminos de la fantasía y la investigación científica se crucen y desdibujen sus fronteras, plantea el neurocientífico Rodrigo Quian Quiroga (Buenos Aires, 56 años): “Lo que era ciencia ficción hasta hace unos pocos años ya es ciencia”. Pero, ¿pueden las máquinas ser conscientes como en 2001: una odisea en el espacio? ¿Es factible alcanzar la inmortalidad que se plantea Abre los ojos? ¿Y manipular la memoria, como en Desafío total? Quian Quiroga, licenciado en Física, profesor ICREA e investigador del grupo de Percepción y Memoria del Hospital del Mar Research Institute, acaba de publicar Cosas que nunca creeríais. De la ciencia ficción a la neurociencia (Debate, 2024), una obra donde repasa, a propósito de icónicas películas del género, ese tránsito de la ficción a la vida real a través de los grandes avances científicos de la época. “Origen o Desafío total juegan con la idea de implantar memoria. Y eso ya se hizo en el MIT: [en ratones] estimulan ópticamente neuronas específicas y logran implantar un recuerdo que es una memoria falsa. Es una prueba de concepto”, ejemplifica.
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